De saber como es tus labios con los mios no me hubiera tomado el tiempo de suponer su sabor.
Si hubiera conocido el calor de tus brazos alrededor de mi cintura, jamás hubiera soñado con el abrazo.
De haber sabido que tenerte cerca supera por mucho cualquier escena que llegué a especular, no me hubiera molestado en imaginarnos.

Te quiero siempre.